-MANEJO
DE LAS PLANTACIONES
Plantaciones
jóvenes
Gracias a las aportaciones de Heid, en el año de 1984,
sabemos que la planta de la vainilla podría lograr, si no se la controlase, un
crecimiento que alcanzaría la copa de los árboles de los niveles medios del
bosque (15m o más). Como la vainilla es una planta de cultivo, esta altura no
es ideal para su cuidado porque imposibilitaría tanto los trabajos de
polinización artificial así como la cosecha misma. Por ello, tan pronto como la
punta alcance una altura de 1,60 a 1,80 m se la doblará hacia abajo de tal
forma que una parte del tallo vuelva a cubrirse con tierra para que la planta
eche nuevas raíces.
La punta se guiará otra vez hacia arriba y se atará
nuevamente al árbol de apoyo. Este procedimiento hace que la vainilla se
renueve continuamente, conserve su vitalidad y sea menos sensible a las
enfermedades. También le permite que soporte eventuales enfermedades de raíz
sin sufrir daños, porque aparecen cada vez nuevos brotes con raíces propias.
Otra forma de controlar el crecimiento radica en recortar
los brotes guardando unos 60 cm de base. El brote punta, una vez que haya
repuesto del recorte sufrido, se plantará inmediatamente junto al mismo árbol
de apoyo.
Los brotes que ya hayan dado fruto podrán recortarse,
siendo posible su utilización como planta nueva. El recorte fomenta el
crecimiento de nuevos brotes, rejuvenece a la planta y con ello mejora su
salud.
4.3.2.-MÉTODO
DE PROPAGACIÓN DE VAINILLA
Según INIFAP en el 2010, declara que la vainilla, en México se propaga comercialmente
exclusivamente de forma asexual por medio de esquejes. Los esquejes son tramos
de bejucos, que se obtienen de las propias plantaciones comerciales de los
productores.
Se sugiere a los productores obtener los esquejes de
plantas altamente productivas y vigorosas. Además, los tramos de bejucos, que
se utilizarán como esqueje, serán aquellos que no han producido frutos y deben
por lo menos tener tres yemas viables para la producción de brotes vegetativos
(retoños), que constituirán la planta nueva, ya que el esqueje que se planta no
crece, solo sirve como una planta madre. Tampoco deben tener daños o síntomas
de enfermedades ni de plagas, para evitar, su proliferación futura en la
plantación y deberían ser certificados libres de enfermedades virales.
Normalmente se utilizan esquejes de 6 a 8 nudos (de 80 a
120 cm de longitud y un cm de
diámetro). Esquejes de mayor tamaño y vigorosos, aceleran
el crecimiento de sus brotes y entran más rápido a floración sin embargo,
cuando se plantan, se dificulta su manejo y tienen un precio más alto.
4.3.3.-PREPARACIÓN DE LA
PLANTA “MADRE” (ESQUEJES).
Con la finalidad de facilitar la plantación del esqueje,
deben eliminarse las últimas tres hojas basales manualmente, torciendo y
quebrando el peciolo de la misma, pero sin jalar, para evitar heridas al tallo,
ya que pueden ser punto de entrada de patógenos. Para prevenir la pudrición de
los esquejes, ocasionado principalmente por Fusarium oxysporum, se recomienda
desinfectarlos antes de plantarlos en el sitio definitivo, sumergiéndolos en un
recipiente con una solución, a base de fungicidas como el Carbendazim, a razón
de 2 g/L de agua.
También puede utilizarse el caldo bordelés (1 kg de cal +
1 kg de Sulfato de cobre en 100
L de agua); este último es menos efectivo, pero está
autorizado en la obtención de productos orgánicos. La solución se mezcla muy
bien con un instrumento agitador. Los
esquejes se sumergen (la parte basal o todo el tramo) en
cualquiera de la solución preparada durante 2 a 5 minutos.
Al desinfectar, deben usarse guantes de plástico, para
evitar intoxicación a quien realiza
esta actividad. Después, los esquejes se colocan bien distribuidos en una tarima a 1. 5 m de altura, en un lugar sombreado y ventilado, durante 7 a 15 días, para que se deshidraten un poco, lo que favorece su manejo y se reduce el riesgo de provocar quiebres en hojas y tallos al momento de plantarlos; además para que cicatricen las heridas, que se hayan provocado al momento de eliminar las hojas en el tallo, como una forma de evitar la posible entrada de patógenos a través de estas lesiones.( Hongen 1999)
4.3.4.-ÉPOCA DE PLANTACIÓN.
Si se cuenta con riego, los esquejes se pueden plantar prácticamente
todo el año, sin embargo, cuando se realiza en la época fría del año (diciembre
a febrero), la emisión de brotes vegetativos (retoños) tarda más y existe el
riesgo de que se “quemen” por el frío (capado natural), lo cual retrasa el
crecimiento de la planta. (González 2011)
Por otro lado, cuando se plantan en la época lluviosa del
año (julio a octubre), el exceso
de humedad puede provocar pudriciones por hongos hasta en
un 50% de los esquejes. El
Periodo de plantación más recomendable es de abril a
junio, después de una lluvia o riego.
En estos meses, puede obtenerse más de un 90% de
prendimiento de los esquejes, debido a la presencia de temperaturas mayores,
que favorecen su enraizamiento y emisión de brotes vegetativos.
que f�
2 t � �Z ción de actinomicetas en el suelo, hongo que
por su parte es antagonista de los fusarios.
·
No fecundar tantas flores
para no debilitar la planta.
·
Aplicar a las plantas sustancias
fortificantes o caldos fungicidas a base de plantas.
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